El centro.

EL CENTRO.

Pulimenta ubicándose en calor

copioso bronce redondo

y grabado sin sol triángulo próspero de nieve

en rigidez de columna avanza

por constancia de playa remojada.

Dormida rotura ladeada de sueño,

fluida materia para el sonido sólido,

para el aire curvo paso,

para el hilo de máscara triangular pasadizo,

nudo de la línea en empiece de espirales,

una fruta de arena sucesiva,

en huella rítmica sienta música

que tuerce articulando cuerpo hacia la bóveda.

Medio entre el continuo mar

y la continua lluvia,

nido de tambor y pergamino paginado,

temblor en gotas incluidas

y espuma colosal aglutina en el auge arraigado

la piel aproximada

al gobierno floral,

doble hoja con pócima del tacto cereal

nace al firmamento de la rúbrica

que inflexible excava

con frondosos ojos

divisorio naufragio de la piel

dirigiendo gravedad del alma.

Descansa en su curva duna

y cuando anida una lluvia

como cornisa acoge

horizontal centro que decide en el dilema

como en un mapa

sediento anular el tiempo

creando temporales en cada vertiente corporal.

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John Desde